Libro VII
1. ¿Qué viene a ser el vicio? Es lo que has visto a menudo. Y así, en
todo suceso, ten a mano esta reflexión: esto ya lo has visto muchas
veces. Absolutamente, desde el principio al fin encontrarás los mismos
sucesos que colman las historias, las antiguas, las medias y las
contemporáneas, que colman nuestras ciudades y nuestras familias. Nada
es nuevo. Todo es cosa trillada y efímera.
4. Conviene atender, palabra por palabra, a lo que se
está diciendo y a cada uno de los impulsos de lo que se está haciendo.
Y a la verdad, en este último caso, importa mirar ante todo a qué fin
se refiere el intento; pero en el otro, deberá repararse bien en el
significado de las palabras.
8. No te perturbe el futuro. Saldrás a su encuentro, si
fuere necesario, armado de la misma razón de que te sirves ahora en los
asuntos presentes.
12. Conviene que seas hombre recto, o que seas enderezado.
14. [...] [M]ientras no opine que hay algún mal en lo
acaecido, no experimento aún daño alguno. Y en realidad, en mi mano
está el no imaginármelo.
25. La naturaleza, que todo lo gobierna, va a
transformar muy en breve todo cuanto ves; de su sustancia hará nacer
otras cosas, y de la sustancia de éstas, otras, para que el mundo vaya
siempre rejuveneciéndose.
27. No pienses tanto en los bienes ausentes como en los
presentes; aun entre los presentes, detente en la consideración de los
más aventajados y, con este motivo, imagina con qué solicitud los
buscarías, si no los tuvieses. Pero guárdate al mismo tiempo de que,
complaciéndote en la posesión de los bienes presentes, no te
acostumbres a tenerlos en tanta estima que, si alguna vez te faltaren,
hayas de perturbarte.
28. Recógete dentro de ti mismo. La mente que te dirige
es tal por naturaleza, que se basta a sí misma, cuando practica la
justicia y, con ello, conserva su calma.
57. No te aficiones más que a lo que acontezca y a lo
que forme la trama de la vida. ¿Pues qué otra cosa podrá serte más
oportuna?
71. Es cosa risible que no procures preservarte de tu
propia maldad, pudiendo hacerlo, y en cambio intentes huir de la maldad
de otros, lo que es imposible.
73. Cuando hubieres hecho un favor y otro lo hubiere
reconocido, ¿qué otra tercera satisfacción buscas todavía, como hacen
los necios? ¿La de pasar como bienhechor o ser pagado con una
recompensa?
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