Ha estado por aqui mi alter ego Nemo con su Nautilus. Se entero que necesitaba unos dias de tranquilidad y me ofrecio embarcar en su maravillosa maquina. Hemos pasado buenos ratos paseando por debajo de los hielos e incluso hemos realizado alguna que otra escursion submarina.
Es curioso esto de las personalidades. Yo la veo.... como un toro. Claro, que normalmente mi opinion es ligeramente mas profunda. A veces uno necesita localizarse a uno mismo dentro de un sistema de coordenadas concreto. Algo que nos permita situarnos cuando las cosas se han torcido o confundido. Haber tenido muchas lecturas ayuda mucho. Es sorprendente que conforme te vas volviendo mayor, mas viejo y experto, vas ampliando los personajes que te sirven. Al principio uno quiere ser el heroe de la historia. Mas tarde uno deja de "querer ser" para "verse reflejado", muchas veces en personajes contradictorios. Vayamos a Moby Dick. Uno puede pasar por diversas fases, desde sentirse apasionadamente loco y arrastrado por fuerzas que se le escapan como Achab, hasta sufrir repentinos ataques de cordura y racionalidad como el oficial Starbuck. Todo junto a la mirada entre curiosa y lejana de Ismael.
A mi me ha tocado estos dias ser el Capitan Nemo. Un señor entre huraño y solitario que toca el organo mientras un mundo que no entiende y del que pretende alejarse se empeña en no dejarle en paz. Son solo metaforas, claves propias que nos ayudan a localizarnos cuando nos perdemos. Yo no soy Nemo, no me siento como Nemo. Pero ese personaje describe bastante bien las cosas que he vivido estos dias. Son muchos personajes, cuantos mas mejor, que nos van "traduciendo" cosas que de otra manera permanecerian inextricables. O quizas es al reves. Quizas es que uno vive tambien las experiencias de los personajes que nos marcan. Una suerte de "vidas de segunda mano" que ayudan a formarnos tanto como el primer pitillo o el primer beso. Personalmente prefiero besar a leer, pero tambien prefiero comer a beber y no puedo prescindir de ninguna de las dos cosas. Siempre que miro las paredes llenas de estanterias en esas dos o tres habitaciones que tengo llenas entre la Estacion Polar y el viejo hogar familiar me pregunto si hay mas de mi en los libros o mas de los libros en mi. Posiblemente no importa, pero durante las horas que he pasado en el Nautilus, contemplando el mar de Nemo desde los grandes ventanales del salon rodeado de los volumenes de la biblioteca estas reflexiones me han acompañado hasta hacerme olvidar la razon por la cual habia aceptado la proposicion del capitan y habia bajado tras los hielos y lejos de la Estacion y de su radio. Uno puede sentirse solo hasta que alarga la mano y abre las tapas de un libro. Desde ese punto el hombre esta en la mejor compañia posible, uno mismo de maneras que no nos conociamos. La mejor compañia siempre que no se tenga que besar a alguien, claro.
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