jueves, 12 de enero de 2006

Teatro, la vida es puro teatro...


Ahora parece que se ha desatado la pasion por el teatro entre alguna de mis amistades. Sin embargo era algo que yo hacia hace ya mas de veinte años y que aun tiene repercusiones en mi vida. Y digo mi vida atendiendo a los pequeños gestos que la componen alejandome de la pretenciosidad de otras veces... Pues como decia, hace ya mas de veinte años preparaba una obra de Jean Paul Sartre (que me condujo inevitablemente al existencialismo y a vestir de negro, para que se vea que aun me sigue influenciando)  en la vieja sala de cine de un instituto cercano. La sala era todo un horror gotico de telarañas, maderas viejas y un piano que sonaba como un fantasma torturado cuando lo golpeabamos. O sea que era una delicia de sala. Alli pasabamos horas y horas entre suficiente polvo como para matar a varios asmaticos discutiendo sobre vestuario, ensayando los dialogos y, sobre todo, disfrutando de nosotros mismos. Ahora seria facil de confundir con un decorado de "cuentame", pero hace un par de decadas aun se podian encontrar lugares como aquel con el tufillo rancio del "movimiento", de la enseñanza sotanizada y de proyecciones semiclandestinas para financiar los viajes de estudios. Entrabamos en la sala por un vestibulo adornado con carteles de peliculas viejas que habian sido proyectadas alli en tiempos mejores. Alli estaban desde el "Ciudadano Kane", hasta "Gorgo y Superman se citan en Tokio" (Que llegue a ver siete veces y que fue mi pelicula mas vista en salas hasta las nueve que llevo de "2001"), y entre todas estaba la que siempre llamaba mi antencion. Estaba un atractivo Rock Hudson (cuando aun no sabiamos que era gay), vestido con anorak y tras el un submarino nuclear emergiendo de entre los hielos y paracaidistas que saltaban desde un avion. Siempre que pasaba por alli me preguntaba como seria la pelicula, me decia que tenia que conseguir verla... Un par de años mas tarde encontre una portada de libro parecida y compre el volumen...  Entonces tenia otros gustos literarios, que consistian fundamentalmente en disfrutar como un enano leyendo en vez de sufrir inaguantables tochos de calidad indiscutible. La cuestion es que lo compre y leyendo las solapas, esas enormes fuentes de informacion, descubri con gusto que era la novela que dio origen a aquella pelicula de aquella pared, en aquella sala llena de acaros. La lei con placer, y varias veces ademas a lo largo de varios años. Las ganas de ver aquella pelicula aumentaron y mi deuda con aquel cartel crecia cada vez que mis ojos tropezaban con la novela en los estantes.... Pero ya digo que me estoy remontando alguna que otra decada en el pasado. Asi que el tiempo paso, el numero de libros en mis estanterias crecio y crecio hasta que las filas originales de libros se vieron ocultas por otra delante de ellos y yo mismo abandone la habitacion en la casa de mis padres para vivir como un señor... soltero. Si me hubiera dado cuenta, habria notado que llevaba años sin pensar en aquella vieja deuda con el cartel. Y asi habria seguido si no hubiera encontrado una critica en la Revista General de Marina de aquella vieja pelicula. De repente descubri de nuevo en mi aquella curiosidad por el film y descubri con horror que aun seguia en la lista de "peliculas a ver".
   Pero ahora estoy armado y soy peligroso. Asi que me fui al rucio electronico y la busque deseperadamente durante un par de meses sin suerte. Por lo menos hasta que descubri un pequeño error de ortografia en el nombre y, entonces si, pude localizarla y alcanzarla por fin. Asi que esta noche voy a comprar palomitas para el microondas, voy a cerciorarme de que hay coñac en la botella para un par de horas y voy a ponerme frente al televisor para ver ¡por fin! "Estacion Polar Cebra".

    Despues de mas de veinte años. Diganme ahora que aquellas obras de teatro ya no tienen influencia en mi vida. (Por cierto, la funcion fue un exito)


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