5. Afánate fijamente, a cada hora, como romano y como varón, en hacer
lo que tuvieres entre manos, con precisa y sincera gravedad, con amor,
libertad y justicia, procurando desasirte de cualquier otra
preocupación. Lo conseguirás si ejecutas cada acción de tu vida como si
fuere la última, despojada de toda irreflexión y de toda apasionada
repugnancia al señorío de la razón, sin falsedad, ni egoísmo, ni
displicencia ante las disposiciones del destino. Ya ves, cuán pocos son
los principios que debes poseer para vivir una vida próspera y temerosa
de los dioses. Que los dioses no exigirán otra cosa a quien observare
estos preceptos.
11. La naturaleza universal [...] ni por impotencia ni
por incapacidad hubiera cometido ella el grave delito de repartir los
bienes en la misma medida que los males, a los buenos y a los malos
indistintamente. Pero la muerte y la vida, la gloria y la oscuridad, el
dolor y el placer, la riqueza y la pobreza, todo está repartido en la
misma medida, a los hombres buenos y a los malos, sin ser por ello ni
cosas honestas ni torpes; luego, en rigor, no son ni bienes ni males
verdaderos.
12. ¡Con cuánta velocidad se pasa todo: en el mundo,
los cuerpos, y en la posteridad, su memoria! ¡De qué condición son
todos los objetos sensibles y, con particularidad, lo que nos halaga
por el placer o nos espanta por el dolor o resuena, por la vanidad, a
todos los vientos! ¡Cómo aparece todo vil, despreciable, basto,
destructible, muerto, a las mentes capaces de percibirlo! ¿Qué son
aquéllos de cuyo modo de opinar y hablar depende la reputación? ¿Qué es
la muerte? Que, si se la mira aisladamente y se abstraen, por análisis
de los conceptos, los fantasmas que la imaginación abulta, no se verá
en ella más que un efecto de la naturaleza. Ahora bien: es
evidentemente pueril temer los efectos de la naturaleza. Y no sólo la
muerte es efecto de la naturaleza, sino aún conveniencia de la misma.
¿Cómo se une el hombre con Dios y por qué parte de sí mismo, y sobre
todo, cómo está dispuesta esta parte del hombre?
Marco Aurelio.
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