Quizas nos marchamos para volver y ver como hemos crecido en el intervalo. Quizas ni siquiera podemos marcharnos porque lo que somos, donde estamos, no es mas que nosotros mismos... Vamos por ahi rodando de un lado a otro, cambiando periodicamente aquello que llamamos hogar y que llamamos amigos. ¿Es realmente una perdida o solo es una ilusion? ¿Podemos desprendernos de las cosas que nos han llenado aunque sea solo por un tiempo? Probablemente no. Probablemente es como cuando regresamos a casa de nuestros padres y volvemos a entrar en nuestra vieja habitacion. Alli estan las cosas que dejamos, que aun son nuestras y que nos representan a nosotros mismos mejor incluso que nosotros. Los viejos albunes de cromos que rellenamos cuando niños en otra ciudad, aquella placa que ganamos en aquel concurso de baile cuando eramos ya mas jovenes... Abres un cajon y aparecen las viejas diapositivas. Te muestran como fuiste y como fueron tus amigos. Sonrien desde un pasado lejano y desde montes que ya son demasiado altos para nuestra edad. ¿Quien es ese joven que me sonrie? ¿Me reconozco? ¿Me reconoceria alguien a cualquier lado de la transparencia? Yo he cambiado o ha sido la foto la que ha cambiado, pero ya no estoy seguro de ser el mismo. Aunque quizas, solo quizas, sea un consuelo recordar que ya entonces no sabia quien era. ¿Que puedo mostrar a alguien que quiera conocerme? Ahora que soy una cascara me siento tentado a ofrecer todo aquello que fui para definir todo aquello que soy. ¿He sumado con los años? ¿He restado? Por supuesto he hecho ambas cosas y me pregunto si soy el mismo que inicio el viaje y me pregunto tambien en que esquinas de la vida tropece con cosas que me cambiaron. Porque he cambiado ¿no? Quizas no. Quizas sea cierto que soy ese joven de la foto que sonrie entre sus amigos desde esa montaña que entonces no era tan alta....
No hay comentarios:
Publicar un comentario