No negare que esto de ser cortesano suele ser un autentico fastidio. Dedicar horas a practicar con la flauta y mas horas todavia a aprender a utilizar la paleta (resulta que no era un cuchillo) del pescado. Lo que pasa es que a veces tiene su "aquel". Las lecciones de Minuet, sin ir mas lejos. Casi que le pillo el punto a la cosa y casi que me meo de risa con pensamientos impuros. Resulta que un amigo mio sostiene (porque yo le convenci) que existe una relaccion intima entre como se baila y como se practica el sexo. Sostiene el tal Pereira que es innegable el paralelismo entre el ritmo y los movimientos, entre la soltura de los mismos, la deshinibicion y el grado de dominio sobre el cuerpo. Si eso lo llevamos al campo de los bailes "cortesanos" donde esta implicada siempre otra persona, entonces el paralelismo se convierte directamente en equivalencia. Es algo que no puedo dejar de mencionarme a mi mismo cuando bailo desde que Pereira hizo suyas mis teorias. Total, que uno tiene siempre que refrenar ciertas ganas de cachondeo cuando baila y mucho mas cuando se discute quien "manda" en el baile. ¿Sera siempre tan "mandona"? ¿Tanto le gustara llevar "la iniciativa"? Son preguntas que nunca le perdonare a Pereira por mas que se planteen siempre en esa atmosfera ironico-humoristica que tanto me cuesta refrenar. Y no se lo voy a perdonar nunca porque cualquier distraccion cuando bailas con ciertas personas tienen que ser consideradas pecados absoluta y totalmente mortales. Sin posibilidad de redencion por confesion en blog o semejantes.
Afortunadamente, todas esas distracciones desaparecen cuando uno se refleja en los ojos de la pareja de baile. Se piensa "Pues si tienes que mandar, manda. Que yo te sigo hasta los infiernos. Aunque se pare la musica". Y todo por una cabeza, mi mala cabeza.
Sin verguenza.... lo que me he reido leyéndote.
ResponderEliminarPues esta basado en "hechos reales"
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