martes, 28 de febrero de 2006
Las malditas canciones....
¡Maldita sea! Esta mañana me ha ocurrido una cosa horrible... Estaba haciendo un recorrido por las estaciones meteorologicas con mi trineo cuando he empezado a tararear una cancion... Y habria estado estupendo si, escondido tras la vastedad de las nieves, me hubiera puesto a bailar y a vocear... Pero no, la estaba tarareando porque me parecia que la habian escrito para mi... -¡Tate!- me dije - Tu te estas enamorando otra vez-. Por supuesto tire del freno del trineo, provocando el aullido de protesta de los perros, y me saque el anorak de piel de caribu para revolcarme por la nieve, lo cual a menos cuarenta grados es una manera de castigarse tan buena como otra. De hecho tiene la facultad de encogerte los testiculos bastante eficazmente. Si es un "apreton sersua" eso tendria que haber funcionado con razonable eficacia.
De todas maneras, me considero a mi mismo en cuarentena. Voy por la banquisa polar con cara muy seria y con el aspecto de estar muy preocupado y ocupado (eso suponiendo que alguien pueda verme la cara tras el pasamontañas, las gafas y la capucha homerica que visto habitualmente). Todo eso porque estoy vigilante. Pero no porque me preocupen los ataques de los osos polares (que como todo el mundo sabe son unos osos rectangulares después de un cambio de
variables)*, o las lobas blancas o aun los zorrones articos. No, que va. Ahora voy conduciendo el jodido trineo tan distraido como si fuera hablando por el movil porque.... ¡estoy atento a las primeras notas! En cuanto me oigo tararear las primeras palabras de alguna cancion de esas "que parecen hechas para mi", justo en ese momento vuelvo a arrancarme el anorak y a revolcarme por la nieve. Tengo la esperanza de que, si no se me encogen los huevos lo suficiente, al menos vaya sufriendo una suerte de condicionamiento negativo respecto a la cancion "sensible" y el sufrimiento helado.... Tan solo espero que exista una pastilla para anular su efecto. No querria bajar hacia el sur y que en alguna de esas cenas que tanto me gustan pongan esa cancion en el restaurante o en el coche con la chica... No se si entenderia muy bien que me arrancara la ropa y me revolcara por el suelo en pavloviano reflejo. En cualquier caso me temo que no podria explicarlo.
Y, bueno, tengo que terminar este pensamiento porque tengo que salir fuera... a la nieve...
(*) Este chiste esta dedicado a algunas de las mas bellas entendidas en letras (me refiero al algebra)
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